Años después, la censura no andaba con vueltas. Las listas negras circulaban como un secreto a voces y la industria musical se encuadraba en la reducida perspectiva musical de los dictadores. En la edición de 1978, la crítica ya no se practicaba sólo sobre los artistas, sino que incluía al público. Por eso, varios prisioneros del CCD La Perla fueron llevados por miembros del Ejército al festival del folklore de Cosquín, para que identificaran a posibles subversivos. ¿Es necesario decir que las canciones a interpretar seguían siendo sometidas a la censura previa? Es necesario porque, ese año, “El Turco” actuó y anunció que cantaría una canción no incluida en el repertorio oficial. “Mi pueblo me lo pide”, dijo el cantor para justificar su decisión. Al escucharlo, el teniente primero Carlos Enrique Villanueva177 -quien se hacía llamar “Gato”, “Príncipe”, “Principito”,o “Villagra”-, a cargo de controlar a los prisioneros, comentó:
─A este tipo hay que matarlo178.
JORGE CAFRUNE HABÍA comprado la finca “Los Cardales”, ubicada a pocos kilómetros de Buenos Aires. Allí atendía mejor sus asuntos artísticos y también podía criar y domar a sus animales favoritos. Después de cantar en Cosquín, él había decidido conmemorar el bicentenario del nacimiento del general San Martín a su manera. Para eso, planeó un viaje a caballo que uniría Buenos Aires con Corrientes. Calculó que tenía que hacer treinta kilómetros por día para llegar el 25 de febrero y depositar un puñado de tierra de Boulogne Sur Mer (la ciudad donde murió el prócer) en Yapeyú.
Entonces, “El Turco” tenía cuarenta años y tres proyectos muy definidos: andar a caballo, cantar pueblo por pueblo y escribir un libro.
La última noche de enero de ese año, cabalgaba junto a un compadre por las afueras de Buenos Aires. Había hecho mucho calor y la ruta estaba oscura. Un cofre llevaba la tierra de la muerte. Cerca de la medianoche, las luces de una camioneta encandilaron a los jinetes; los caballos se asustaron y la muerte escapó de su caja y se adueño del mejor cantor popular de Jujuy.
¿Fue un accidente o el cumplimiento de una orden? Esta cuestión nunca fue dilucidada.
173 No es una casualidad que el entonces joven Raúl Alberto Gieco (ahora conocido como León Gieco) sacara en su guitarra, como “una afición importante”, las canciones de Jorge Cafrune. Además aquél cuenta que esperaba con ansiedad, cada mes de marzo, la llegada del número especial de la revista Folklore que contenía la cobertura de Cosquín. Más información en Carlos Polimeni, “Soplando en el viento”, suplemento Radar del diario Página/ 12, Buenos Aires, noviembre 25, 2001, p. 5.
174 “Perón acababa de ganar en elecciones democráticas por un margen superior al 60%. El país, empeñosamente, buscaba un camino de pacificación. Pero la teoría del apriete pudo más. Había que tirar un cadáver sobre la mesa de negociaciones. Y los Montoneros apostaron duro: tiraron el de Rucci. Ese mismo día la derecha peronista mató a Enrique Grynberg, un militante de la Juventud Peronista. Empezaba la masacre” (José Pablo Feinmann, La sangre derramada. Ensayo sobre la violencia política, Buenos Aires, Ariel, 1998, pp. 89-90).
175 Expresa José Juan Botelli que la imagen de gaucho no era una pose ya que el cantor “había nacido en el campo, se crió sobre un caballo; tenía dentro de sí una invasión de sangre mora”. Más detalles en su artículo “Jorge Cafrune, apurado por llegar al cielo”, El Tribuno, Salta, febrero 12, 1978.
176 Citado por Eduardo Anguita y Martín Caparrós, op. cit., t. II, p. 241
177 “Villanueva era un conocido secuestrador y torturador en el campo de concentración La Perla de Córdoba, ubicado en jurisdicción del Tercer Cuerpo de Ejército, bajo las órdenes -durante el terrorismo de Estado- del general Luciano Benjamín Menéndez. Figura también en la lista de represores de la ex Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), publicada por la ya inexistente revista El Periodista” (Centro de Estudios Legales y Sociales, Informe sobre la situación de los Derechos Humanos en Argentina, Buenos Aires, Eudeba, 1998, p. 50).
178 CADHU, Informe sobre los campos de concentración y de exterminación de La Perla, Córdoba, Madrid, 1980. Citado en AAVV, Argentina, cómo matar la cultura, Madrid, Revolución, 1981, p. 158.
* Extraido del exelente trabajo, para no olvidar ni perdonar: "Con Vida Los Llevaron" Memorias de madres y familiares de detenidos-desaparecidos de San Salvador de Jujuy, Argentina. Ediciones La Rosa Blindada. Colección de Ensayos Emilio Jáuregui dirigida por José Luis Mangieri. 2004 - Reynaldo Castro - Bs. As.